El hielo está en boca de todos | Diario Sur

2022-08-19 18:14:16 By : Ms. Julia Zhang

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Yeray Muñoz y Antonio Navarro, mientras reparten hielo en el Centro. / ñito salas

Unas semanas antes de que arrancase la feria ya se comentaba: «¿Racionamiento de hielo en las casetas de la Feria de Málaga?», escribía este mismo periódico. El primer día ya se cumplía esa medida que algunos han optado por tomar, aunque no todos. El mismo sábado que empezaba la semana de feria, un camarero del restaurante El Chinitas lo aclaraba: «Hemos tenido que medir los cubitos que echamos a cada copa», explicaba mientras una mesa les pedía que echasen más hielo en sus vasos. «Es que mira que tenemos la máquina para hacer nuestro propio hielo, pero no damos abasto. Hemos tenido que salir a comprar a una tiendecilla porque nos habíamos quedado sin hielo y nos ha costado 4 euros la bolsa», añadía este trabajador. Y respondía una de las clientas, Lourdes: «Es que esto va a ser un problema para los bares y casetas, pobrecillos», se lamentaba.

Otros como Alejandro Benito, que estaba en la barra de la caseta Los Amigos de Pedro, aseguraba que no estaban teniendo problemas con el hielo: «Estamos echando los mismos cubitos, no nos falta», puntualizaba mientras llenaba una jarra de tinto. Eso era a mediodía, pero mucho antes, las empresas distribuidoras empiezan a repartir el hielo para evitar que falte cada día. El turno de Yeray Muñoz había empezado a eso de las 7.30 horas de la mañana, cuando se disponía a empezar a repartir el hielo a sus clientes habituales. Este trabajador malagueño, de la empresa Hielo Pingüino, explicaba mientras repartía por las calles del Centro cómo están funcionando en esta Feria de Málaga: «Repartimos alrededor de unos 1.200 sacos diarios y estamos siendo fieles a nuestros clientes de la hostelería para que no les falte. Hay otros que nos han pedido que les demos hielo y hemos tenido que decir que no, no vamos a fallar a los nuestros», introducía el joven.

Alejandro Benito, mientras sirve una jarra de tinto. / ÑITO SALAS

Junto a su compañero Antonio Navarro, la jornada laboral comenzó en real y a media mañana seguían con el reparto en el Centro. En calle Cortina del Muelle tenían su furgoneta y de ahí cargaban y atravesaban las calles del casco antiguo con sacos y sacos de hielos. «Esto está regular tirando a mal, no tengo palabras para lo que están haciendo con los precios. Nosotros hemos subido 50 céntimos, pero no esas barbaridades que están poniendo de precios. Ayer nos encontramos que una empresa estaba vendiendo 20 sacos por unos 300 euros», protestaba Yeray Muñoz durante la jornada del martes de feria.

El hielo está en boca de todos, nunca mejor dicho. El calor de agosto y en concreto el de estos días de feria hace que sea imposible beber sin tener la bebida bien fresquita. Y por eso los feriantes se preocupan por tener siempre hielo en el vaso: «Es que lo de poder conseguir hielo parece todo un lujo ahora, es increíble», comentaba Elena a su amiga mientras salía de un supermercado. «Y no es normal que en un bazar de alimentación te lleguen a cobrar hasta cuatro euros por la bolsa, es que se aprovechan demasiado», añadía la mujer con enfado. Mientras, en un Centro de Málaga que en la jornada del martes se caracterizó por el escaso ambiente en comparación con otros días, tres jóvenes sentadas en un portal también hablaban del tema. Ellas eran Mencía, Indara y Marta: «Es que no hay hielo ni en el Burger King», aseguraban entre risas estas tres jovencitas vestidas de gitana.

Cuando el reloj marcaba poco más de las tres de la tarde de ayer, un grupo de verdiales hacía que los feriantes se parasen por la calle Larios para disfrutar de ellos: «Pero qué poco ambiente hay hoy, ¿no?», preguntaba el catalán Carlos Padilla, que estuvo en la última feria que se había celebrado, la de 2019. Junto a sus otros dos amigos, Magda Boix y Sergio Murillo, hablaban de la crisis del hielo: «Trabajo en un supermercado y casi que tenemos que cortar a los chinos que vienen a arrasar con el hielo para ellos venderlos a tres o cuatro euros. Vaya crisis tenemos con lo del hielo», confesaban.

Por ahora, en la Feria de Málaga, a pocos les falta un cubito en el vaso. Aunque algunos tengan que adaptarse a la medida de tener menos de lo que les gustaría. «El precio es el problema», puntualizaba Sergio Murillo. Quedan días de feria y mucho hielo por repartir. O sino que se lo digan a Yeray y Antonio, que trabajan de forma incansable cada jornada.